Últimamente me encuentro preguntándome: ¿De dónde vengo?
Un poco por curiosidad general y otro poco buscando entender de donde vienen mi don de hacer con las manos, mi habilidad para aprender y valorar el trabajo manual.
Y mi mente responde a mi pregunta con recuerdos...
María y Juana, mis abuelas.
Tan distintas entre sí, culturalmente hablando. Ambas descendientes de inmigrantes. No importa la procedencia sino toda la historia que tenían en sus células.
Antiguamente no se hablaba mucho. Nuestros abuelos no contaban toda su historia o contaban solo aquella parte en la que todo era bueno y feliz.
Recuerdo que en la casa de mi abuela María, en su habitación específicamente, había un baúl que siempre me gustó. Me llamaba mucho la atención y en mi mente de niña yo imaginaba que había secretos bien guardados.
La realidad es que no había secretos, mas bien había tesoros. Allí guardaba mi abuela una carpeta con todos su trabajos manuales. Al tocarlos ella me decía: "¡Con cuidado, mija! Con cuidado que se rompe..."
Por otro lado, en casa de mi abuela Juana, la encontrábamos a ella sentada y tejiendo. Amante de las dos agujas y de los grandes libros del arte de tejer.
Ella me enseñó esta habilidad. Yo insistía en que me prestara los libros y estudiar por mi cuenta. Pero ella no quería. Ella me decía: "¿Quieres aprender? ¡Ven que te enseño!"
Ella me ayudo a tejer los primeros jerseys para mis hijas.
Mis abuelas...
Dos mujeres de carácter, fuertes y luchadoras, amantes de las manualidades.
Ellas están en cada aprendizaje nuevo, en cada taller que dicto y en cada hábito manual. Les agradezco este legado, que quizás sin querer, dejaron en mi y que hoy disfruto mucho y del que trato de vivir haciéndome un lugar.
"Cuando miro mis manos, veo sus manos."
Mi abuela María, quien ejerció como maestra en el sur de Argentina, me dejó el saber de enseñar y transmitir mi pasión por el arte manual.
Mi abuela Juana, quien manejó las ventas en su zapatería en el centro de mi ciudad, me dejó ese gusto por ofrecer mis productos.
Si tienes a tu abuelas contigo, disfrútalas y escucha todas sus vivencias. El amor que ponen al transmitir será lo que quedará grabado en ti.
Quise hacerles un homenaje y escribí lo siguiente:
¿Quién soy?
Gracias por leer hasta aquí.
Cuéntame, ¿De dónde viene tu pasión?
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Te leo.
Mónica, de Apachucharte.