¡Hola, hola!
Hoy vengo a contarles como estuvo mi primer taller de Macramé aquí en Madrid.
Esta ciudad me ha enamorado por su belleza, su gente y su actividad permanente. ¡Es imposible aburrirse! Y empezar mi proyecto aquí ha sido todo un desafío.
Como creadora de Apachucharte, salir al ruedo, retomar mis talleres, mostrarme como soy y conquistar nuevas y nuevos alumnos es algo que me tiene super emocionada.
Otro desafío fue encontrar un lugar que me permitiera brindar la seguridad de higiene y protocolo Covid-19, un tema que a todos nos tiene preocupados y más si se trata de un taller presencial.
Gracias a Cenautica, que abrió sus puertas y sus instalaciones para que pudiésemos tener nuestro primer taller en un ambiente cómodo y tranquilo. Estoy enormemente agradecida.
¿La mejor parte? Conocer a quienes serían mis primeras alumnas, pioneras de mis talleres aquí en Madrid.
Estábamos tan concentradas en otras emociones y anudando a tope que se me paso decirlo en ese momento, pero quiero que sepan que estarán siempre en mi corazón porque fueron ellas quienes me abrieron paso y compartieron mi emoción. Gracias Alba, Patricia, Ana, Laura, Yuma y Lucía de corazón.
Gracias a todas nuevamente y ojala nos sigamos encontrando.
En este primer taller el objetivo fue realizar un Jardín Vertical para dos macetas. Pasamos dos horas y media de aprendizaje y risas. El nudo que más costó fue el nudo festón pero igual se logró, y aunque no pudimos terminar todas los trabajos, la clase fue super exitosa.
El arte de anudar enamora y produce adicción porque una vez que concretas un proyecto ya quieres emprender uno nuevo.
Y como tengo muchas ideas y muchas ganas de crear con ustedes, los invito a que estén atentos a mis próximos talleres.
Mónica, de Apachucharte.
